…al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca,
vas a volver a pisar…
Va para un año casi Ángel; los árboles que te recuerdan han brotado todos
como tú brotabas cada día, alegres y firmes entre el yermo y la roca, como
señal de una estirpe digna de trabajadores de tierras altas con cielos
limpios.
Hay un lugar en la sierra que compartimos que te recordará eternamente.
Juan
Para Ángel Valero, hermano, amante de los suyos, de las letras, y de aquella paz que nos regaló al saberse vulnerable.
Sucederás, lo sé.
A ti, que supiste entender el dolor de los árboles, la infinita luz de un ocaso y el verdadero valor de las palabras inútiles. Gracias por administrarnos, a quienes te quisimos, la mejor medicina: el sabor de tu cuerpo erosionado en la esquina más oscura, .
Dejará de doler…y será dulce.
Te llevamos en nuestra pólvora, Amigo.